http://www.clarin.com/espectaculos/musica/Zeta-Bosio-Ley_0_1079292202.html
Por Gaspar Zimerman
El ex bajista de Soda Stereo forma parte del reencuentro del grupo chileno, que vuelve a tocar después de nueve años. La historia de una amistad que se remonta a fines de los ‘80 y que también marca la vuelta de Zeta.
“O’Higgins y San Martín no podían estar equivocados”, dice Beto Cuevas mientras le da un abrazo a Zeta Bosio. Estamos en un estudio del Abasto donde La Ley le está dando forma a su regreso. El trío chileno -lo completan el guitarrista Pedro Frugone y el baterista Mauricio Clavería- vuelve a tocar después de nueve años y contará en el bajo con el ex Soda Stereo, un experto en este asunto de las reuniones de bandas. No tienen precisiones de la fecha en que se conocieron, pero sospechan que fue en un hotel de Concepción (Chile) a fines de los ‘80, cuando La Ley daba sus primeros pasos y Soda Stereo ya pisaba fuerte en Latinoamérica. En 1997, ocurrió el primer intento de La Ley por incorporar a Zeta: “Fue -recuerda el bajista- apenas se separó Soda. Pero yo tenía hijos chicos y mi señora guardaba la expectativa de recuperarme después de tantos años de giras. En ese momento la propuesta cayó como una bomba en mi casa, y decidí no sacrificar la tranquila vida familiar. Ellos venían con un gran envión y yo no podía subirme a otro cohete”.
¿Esta vez de quién fue la idea?
Zeta Bosio: Hubo un Cupido.
Beto Cuevas: Un amigo en común: Alex Pels, que manejaba MTV en los ‘90. Le conté que estábamos pensado hacer una reunión, que iba a ser en noviembre del año pasado…
Zeta Bosio: Y yo le comenté que tenía ganas de volver a tocar en una banda. Después de casi siete años de estar girando solo, como dj, quería estar en comunidad. Ya me había curado de la fobia. Y ahí me contó lo de La Ley.
Beto Cuevas: Entonces me llamó Alex y me contó todo. Lo consulté con Mauricio y Pedro, y les pareció un golazo.
Además de su aporte musical, Zeta puede funcionar como un asesor en regresos.
Zeta Bosio: Sí, bueno, hay situaciones que dan inseguridad y generan alguna que otra consulta, pero cada regreso es único. No todas las bandas tienen los mismos problemas: la de ellos fue una separación por cansancio. Yo también estoy regresando: desde lo de Soda, no he vuelto a tocar el bajo en serio.
Beto Cuevas: Es ese cansancio que llega después de 10 o 15 años de subirte a tocar las mismas canciones con la misma gente. Cualquier cosa te molesta y ya ni siquiera hablas con los demás. Es una banda sólo en el escenario, pero no existe toda esa dinámica de relación que tiene que haber fuera. Esto es como un matrimonio, y no funciona si llegas a la cama a dormir con tu esposa pero durante el día ni la ves y no te importa. La separación de La Ley fue un poco triste, porque ni nos despedimos. Durante estos últimos nueve años vi a Mauricio, pero a Pedro nunca. Fue bueno reencontrarnos y abrazarnos.
¿La presencia de Zeta puede ser contemporizadora en caso de que hubiera alguna rispidez?
Beto Cuevas: Es demasiado prematuro hablar de eso. Imagino que si hay algo entre nosotros vamos a tratar de conciliar, porque queremos armonía: no estamos en una edad en que estamos en una banda sólo porque funciona económicamente. Queremos pasarla bien, cenar juntos y reírnos de cualquier boludez. Nuestros proyectos personales pueden convivir con La Ley.
Zeta Bosio: En Soda teníamos un distanciamiento muy fuerte, situaciones de ego que no se podían hablar. Acá se dicen todo. El es un líder muy fuerte para la gente, pero dentro de la banda es muy accesible. Si hay alguna actitud rara, apelan a la broma y todo se minimiza. En mi banda he visto situaciones que llegaban a peleas fuertes. No era sólo el desgaste, había otros componentes. Esto es como una familia.
Más allá del aspecto económico, ¿para qué sirve el regreso de una banda?
Zeta Bosio: Lo económico es relativo, porque siempre que uno retoma algo con la importancia que tiene esto, tiene que estar dispuesto a arriesgar. Si había quedado un buen recuerdo, ¿para qué lo vas a volver a hacer? Tenés que tener muchas ganas y motivación para tratar de llevar al grupo a un lugar más lejos de donde lo habías llevado. En este caso, lo económico no es un gran motor. Pasa por otro lado: ir despacio, creciendo en lo musical.
Beto Cuevas: Este es nuestro trabajo: si es posible, queremos ganar mucho dinero, pero esa no es la razón por la que nos estamos juntando. Hay otro motivo: nos podemos morir en cualquier momento. Zeta, más que nadie, lo vive en carne propia por la situación de Gustavo. Uno piensa en las boludeces que discutía en momentos en que tenía al otro. El dinero es muy importante, pero este reencuentro no tendría ningún sentido si no tuviéramos la intención de seguir creando.
¿Hubo muchos elementos de La Ley inspirados en Soda Stereo?
Beto Cuevas: Yo llegué a vivir a Chile en el ‘88, porque antes vivía en Montreal, Canadá, y no conocía el rock en español. Lo primero que conocí fue a Los Prisioneros. Y escuché En la ciudad de la Furia, de Soda Stereo, y dije guau, hay bandas de rock en español que pueden sonar bien . Pero mis influencias fueron probablemente las mismas de ellos en los ‘80: Bowie, Los Smiths y el rock británico. Soda no, porque ya era grande y venía con otras influencias, pero sin dudas influyó a toda una generación de músicos en Chile que vinieron posteriormente. Muchos, sobre todo en Argentina, nos llamaban “los Soda chilenos”. Pero musicalmente no nos parecemos para nada.
Zeta Bosio: Es extraño. Si hay un punto de coincidencia es que tanto Gustavo como Beto, los dos líderes de las bandas, han armado una forma de cantar en español que es muy particular y ha influido en muchos grupos, pero entre ellos dos no se parecen.
Zeta, tocaste con Molotov, Los Natas, Cabezones, Catupecu… ¿por qué te sumás a otras bandas y no armás tu propio proyecto?
Zeta Bosio: Es muy de bajista eso. Es como si hicieras coros y te dijeran ¿por qué no hacés tu propio grupo?
Es muy difícil.
¿Cuál es el lugar de un bajista en una banda?
Zeta Bosio: Como el del baterista: es un lugar de acompañamiento, si bien Soda me permitió, por ser un trío, tener una presencia muy importante para la gente. Los cantantes tiene una personalidad; los guitarristas, la suya; los bateristas otra… Los bajistas somos tranquilos, más de lo colectivo, de la banda.
Beto Cuevas: Eso que está diciendo muestra la etapa de madurez en la que estamos todos. Quizás le hubieses preguntado eso mismo hace 20 años y probablemente, por una cuestión de ego, él hubiese tratado de disfrazar la respuesta y hubiese dicho yo también tengo mis proyectos…
Zeta Bosio: Exactamente. Te habría tratado de vender cualquier proyecto solista. Hoy uno está mucho más tranquilo, no tiene que demostrar nada. Después de Soda puse una discográfica, produje discos en mi estudio, tuve mi sello… Siempre traté de armar equipos. Cuando me di cuenta de que todo ese trabajo se lo llevaban las bandas y de que yo no podía formar parte, volví al escenario pero solo, como dj. Y mirá la conciencia de finitud que vamos teniendo: por unos nódulos que empezaron a salirme en una mano, tuve miedo de tener artrosis y no poder tocar más el bajo. Fui a analizarme y no tengo nada, pero por ese miedo quise volver a tocar el bajo. La idea era buscar un proyecto; apareció lo de La Ley, y acá estoy.http://www.clarin.com/espectaculos/musica/Zeta-Bosio-Ley_0_1079292202.html
Por Gaspar Zimerman
El ex bajista de Soda Stereo forma parte del reencuentro del grupo chileno, que vuelve a tocar después de nueve años. La historia de una amistad que se remonta a fines de los ‘80 y que también marca la vuelta de Zeta.
“O’Higgins y San Martín no podían estar equivocados”, dice Beto Cuevas mientras le da un abrazo a Zeta Bosio. Estamos en un estudio del Abasto donde La Ley le está dando forma a su regreso. El trío chileno -lo completan el guitarrista Pedro Frugone y el baterista Mauricio Clavería- vuelve a tocar después de nueve años y contará en el bajo con el ex Soda Stereo, un experto en este asunto de las reuniones de bandas. No tienen precisiones de la fecha en que se conocieron, pero sospechan que fue en un hotel de Concepción (Chile) a fines de los ‘80, cuando La Ley daba sus primeros pasos y Soda Stereo ya pisaba fuerte en Latinoamérica. En 1997, ocurrió el primer intento de La Ley por incorporar a Zeta: “Fue -recuerda el bajista- apenas se separó Soda. Pero yo tenía hijos chicos y mi señora guardaba la expectativa de recuperarme después de tantos años de giras. En ese momento la propuesta cayó como una bomba en mi casa, y decidí no sacrificar la tranquila vida familiar. Ellos venían con un gran envión y yo no podía subirme a otro cohete”.
¿Esta vez de quién fue la idea?
Zeta Bosio: Hubo un Cupido.
Beto Cuevas: Un amigo en común: Alex Pels, que manejaba MTV en los ‘90. Le conté que estábamos pensado hacer una reunión, que iba a ser en noviembre del año pasado…
Zeta Bosio: Y yo le comenté que tenía ganas de volver a tocar en una banda. Después de casi siete años de estar girando solo, como dj, quería estar en comunidad. Ya me había curado de la fobia. Y ahí me contó lo de La Ley.
Beto Cuevas: Entonces me llamó Alex y me contó todo. Lo consulté con Mauricio y Pedro, y les pareció un golazo.
Además de su aporte musical, Zeta puede funcionar como un asesor en regresos.
Zeta Bosio: Sí, bueno, hay situaciones que dan inseguridad y generan alguna que otra consulta, pero cada regreso es único. No todas las bandas tienen los mismos problemas: la de ellos fue una separación por cansancio. Yo también estoy regresando: desde lo de Soda, no he vuelto a tocar el bajo en serio.
Beto Cuevas: Es ese cansancio que llega después de 10 o 15 años de subirte a tocar las mismas canciones con la misma gente. Cualquier cosa te molesta y ya ni siquiera hablas con los demás. Es una banda sólo en el escenario, pero no existe toda esa dinámica de relación que tiene que haber fuera. Esto es como un matrimonio, y no funciona si llegas a la cama a dormir con tu esposa pero durante el día ni la ves y no te importa. La separación de La Ley fue un poco triste, porque ni nos despedimos. Durante estos últimos nueve años vi a Mauricio, pero a Pedro nunca. Fue bueno reencontrarnos y abrazarnos.
¿La presencia de Zeta puede ser contemporizadora en caso de que hubiera alguna rispidez?
Beto Cuevas: Es demasiado prematuro hablar de eso. Imagino que si hay algo entre nosotros vamos a tratar de conciliar, porque queremos armonía: no estamos en una edad en que estamos en una banda sólo porque funciona económicamente. Queremos pasarla bien, cenar juntos y reírnos de cualquier boludez. Nuestros proyectos personales pueden convivir con La Ley.
Zeta Bosio: En Soda teníamos un distanciamiento muy fuerte, situaciones de ego que no se podían hablar. Acá se dicen todo. El es un líder muy fuerte para la gente, pero dentro de la banda es muy accesible. Si hay alguna actitud rara, apelan a la broma y todo se minimiza. En mi banda he visto situaciones que llegaban a peleas fuertes. No era sólo el desgaste, había otros componentes. Esto es como una familia.
Más allá del aspecto económico, ¿para qué sirve el regreso de una banda?
Zeta Bosio: Lo económico es relativo, porque siempre que uno retoma algo con la importancia que tiene esto, tiene que estar dispuesto a arriesgar. Si había quedado un buen recuerdo, ¿para qué lo vas a volver a hacer? Tenés que tener muchas ganas y motivación para tratar de llevar al grupo a un lugar más lejos de donde lo habías llevado. En este caso, lo económico no es un gran motor. Pasa por otro lado: ir despacio, creciendo en lo musical.
Beto Cuevas: Este es nuestro trabajo: si es posible, queremos ganar mucho dinero, pero esa no es la razón por la que nos estamos juntando. Hay otro motivo: nos podemos morir en cualquier momento. Zeta, más que nadie, lo vive en carne propia por la situación de Gustavo. Uno piensa en las boludeces que discutía en momentos en que tenía al otro. El dinero es muy importante, pero este reencuentro no tendría ningún sentido si no tuviéramos la intención de seguir creando.
¿Hubo muchos elementos de La Ley inspirados en Soda Stereo?
Beto Cuevas: Yo llegué a vivir a Chile en el ‘88, porque antes vivía en Montreal, Canadá, y no conocía el rock en español. Lo primero que conocí fue a Los Prisioneros. Y escuché En la ciudad de la Furia, de Soda Stereo, y dije guau, hay bandas de rock en español que pueden sonar bien . Pero mis influencias fueron probablemente las mismas de ellos en los ‘80: Bowie, Los Smiths y el rock británico. Soda no, porque ya era grande y venía con otras influencias, pero sin dudas influyó a toda una generación de músicos en Chile que vinieron posteriormente. Muchos, sobre todo en Argentina, nos llamaban “los Soda chilenos”. Pero musicalmente no nos parecemos para nada.
Zeta Bosio: Es extraño. Si hay un punto de coincidencia es que tanto Gustavo como Beto, los dos líderes de las bandas, han armado una forma de cantar en español que es muy particular y ha influido en muchos grupos, pero entre ellos dos no se parecen.
Zeta, tocaste con Molotov, Los Natas, Cabezones, Catupecu… ¿por qué te sumás a otras bandas y no armás tu propio proyecto?
Zeta Bosio: Es muy de bajista eso. Es como si hicieras coros y te dijeran ¿por qué no hacés tu propio grupo?
Es muy difícil.
¿Cuál es el lugar de un bajista en una banda?
Zeta Bosio: Como el del baterista: es un lugar de acompañamiento, si bien Soda me permitió, por ser un trío, tener una presencia muy importante para la gente. Los cantantes tiene una personalidad; los guitarristas, la suya; los bateristas otra… Los bajistas somos tranquilos, más de lo colectivo, de la banda.
Beto Cuevas: Eso que está diciendo muestra la etapa de madurez en la que estamos todos. Quizás le hubieses preguntado eso mismo hace 20 años y probablemente, por una cuestión de ego, él hubiese tratado de disfrazar la respuesta y hubiese dicho yo también tengo mis proyectos…
Zeta Bosio: Exactamente. Te habría tratado de vender cualquier proyecto solista. Hoy uno está mucho más tranquilo, no tiene que demostrar nada. Después de Soda puse una discográfica, produje discos en mi estudio, tuve mi sello… Siempre traté de armar equipos. Cuando me di cuenta de que todo ese trabajo se lo llevaban las bandas y de que yo no podía formar parte, volví al escenario pero solo, como dj. Y mirá la conciencia de finitud que vamos teniendo: por unos nódulos que empezaron a salirme en una mano, tuve miedo de tener artrosis y no poder tocar más el bajo. Fui a analizarme y no tengo nada, pero por ese miedo quise volver a tocar el bajo. La idea era buscar un proyecto; apareció lo de La Ley, y acá estoy.