El disco que marcó un antes y un después de la música Latina alternativa
Por Kike Posada
A propósito del 20 aniversario del lanzamiento de RE, el emblemático disco de Café Tacuba.
Los 90 fueron mágicos para la música latina. Por un lado estaba lo convencional, como la saga de discos de Luis Miguel en boleros o pop pasteurizado. Surgía Laura Pausini, Paulina Rubio era realmente dorada para su disquera; “Macarena” era un fenómeno mundial, pero había otro fenómeno surgiendo; el rock latino estaba en su apogeo. Veníamos de una década de los 80 prodigiosa con el boom del rock en español liderado por Argentina (Soda Stereo, Charly García, Enanitos Verdes, Fito Paz, Miguel Mateos) y España (La Unión, Nacha Pop, Danza Invisible, Radio Futura) en la destreza principalmente de guitarra batería y bajo, el esquema básico del rock. Pero el gigante mexicano no había despertado todavía.
La nación Azteca empezaba a arrojar experimentos muy creativos, Caifanes había sorprendido en 1988 con su versión de “Bilongo (La Negra Tomasa)”, en cumbia rock, Botellita de Jerez hacia lo suyo con el guacarrock y sus punteos de guitarra al estilo huapango. La Maldita Vecindad y Los Hijos del Quinto experimentaba con el danzón y el mambo en 1991, con su disco El Circo.
Pero en 1992 irrumpió este cuarteto con su primer álbum auto titulado Café Tacuba, en 1992, esos primeros éxitos como “María,” “Rarotonga”, “Las Persianas”, “La Chica Banda” o “Las Batallas” les dieron la confianza para presentar, dos años más tarde, lo que sería este trabajo que amalgamaba esa fusión étnica, vernácula, de la rica y diversa música mexicana con el rock, el hip hop, el punk y la electrónica.
Fueron 20 obras que nos dejaron con la boca abierta. Algunos más conocidos que otros, por ejemplo los sencillos, “Ingrata”, “Las flores”, “Esa noche” y “El puñal y el corazón”.
Pero lo que hay en ese disco es un verdadero tesoro; la incursión de instrumentos como jarana, guitarrón, melodeón, violines, percusiones, al lado de batería electrónica, fue reveladora para muchos artistas que en ese momento buscaban una respuesta al nuevo camino que debía tomar la música alternativa. Café Tacuba demostró que se podía ser exitoso con ella.
Este tipo de trabajos también trajo combustible al movimiento musical y periodístico de los hispanos que promulgábamos esta música. Revistas como La Banda Elástica, Retila, Al Borde y BOOM, florecieron con discos como este, además del apoyo que la industria discográfica le diera a este tipo de artistas. Pero no solo nosotros. Revistas mundiales como Newsweek, Rolling Stone, Spin, NME y Time dedicaron grandes editoriales e incluso portadas para hablar del fenómeno de Café Tacuba y el rock en español.
Surgieron programas de radio en emisoras universitarias y comerciales en toda la nación. Nuestro programa radial de rock en español en Miami fue un bastión importante para este movimiento. Su música inspiró a grandes del rock mundial como David Byrne a grabar con ellos e incluso crear sello en apoyo de la música latina alternativa, Luaka Bop, que fue el que lanzó la carrera de grupos como Los Amigos Invisibles, King Changó o Los de Abajo.
Los Tacubos empezaron a venir frecuentemente a EE.UU y Puerto Rico, realizaron un maravilloso Unplugged con MTV Latino meses después, al cual tuve la dicha de asistir. Ellos fueron lo que Soda Stereo fue para los 80, la fuerza creativa y experimental de los 90.
Hasta el día de hoy “RE” se cita como influencia definitiva en la música de artistas contemporáneos como Calle 13, Juanes, Julieta Venegas. Por ejemplo Meme del Real, miembro de Café Tacuba, ha producido o coproducido en recientes discos de Los Bunkers, Julieta Venegas, Ely Guerra, Álvaro Henríquez, Natalia Lafourcade, Los Tres o Juanes.
Hoy siento nostalgia por esa generación de oro de buenos artistas saliendo de Latinoamérica. Qué nivel intelectual, de búsqueda y vanguardia que seguirían en los discos subsiguientes de la banda, ni hablar del “Revés/YoSoy” – una expresión de música concreta-, o el más reciente “El objeto antes llamado disco”, en el cual siguen sorprendiendo.
Hoy solo puedo decir gracias Café Tacuba porque por Uds. pudimos caminar el sendero de lo alternativo en la música latina con la seguridad de tener un soporte real y concreto de maestría y talento. El tiempo se encargó de refrendar su visión, tan irracional como esplendorosa.El disco que marcó un antes y un después de la música Latina alternativa
Por Kike Posada
A propósito del 20 aniversario del lanzamiento de RE, el emblemático disco de Café Tacuba.
Los 90 fueron mágicos para la música latina. Por un lado estaba lo convencional, como la saga de discos de Luis Miguel en boleros o pop pasteurizado. Surgía Laura Pausini, Paulina Rubio era realmente dorada para su disquera; “Macarena” era un fenómeno mundial, pero había otro fenómeno surgiendo; el rock latino estaba en su apogeo. Veníamos de una década de los 80 prodigiosa con el boom del rock en español liderado por Argentina (Soda Stereo, Charly García, Enanitos Verdes, Fito Paz, Miguel Mateos) y España (La Unión, Nacha Pop, Danza Invisible, Radio Futura) en la destreza principalmente de guitarra batería y bajo, el esquema básico del rock. Pero el gigante mexicano no había despertado todavía.
La nación Azteca empezaba a arrojar experimentos muy creativos, Caifanes había sorprendido en 1988 con su versión de “Bilongo (La Negra Tomasa)”, en cumbia rock, Botellita de Jerez hacia lo suyo con el guacarrock y sus punteos de guitarra al estilo huapango. La Maldita Vecindad y Los Hijos del Quinto experimentaba con el danzón y el mambo en 1991, con su disco El Circo.
Pero en 1992 irrumpió este cuarteto con su primer álbum auto titulado Café Tacuba, en 1992, esos primeros éxitos como “María,” “Rarotonga”, “Las Persianas”, “La Chica Banda” o “Las Batallas” les dieron la confianza para presentar, dos años más tarde, lo que sería este trabajo que amalgamaba esa fusión étnica, vernácula, de la rica y diversa música mexicana con el rock, el hip hop, el punk y la electrónica.
Fueron 20 obras que nos dejaron con la boca abierta. Algunos más conocidos que otros, por ejemplo los sencillos, “Ingrata”, “Las flores”, “Esa noche” y “El puñal y el corazón”.
Pero lo que hay en ese disco es un verdadero tesoro; la incursión de instrumentos como jarana, guitarrón, melodeón, violines, percusiones, al lado de batería electrónica, fue reveladora para muchos artistas que en ese momento buscaban una respuesta al nuevo camino que debía tomar la música alternativa. Café Tacuba demostró que se podía ser exitoso con ella.
Este tipo de trabajos también trajo combustible al movimiento musical y periodístico de los hispanos que promulgábamos esta música. Revistas como La Banda Elástica, Retila, Al Borde y BOOM, florecieron con discos como este, además del apoyo que la industria discográfica le diera a este tipo de artistas. Pero no solo nosotros. Revistas mundiales como Newsweek, Rolling Stone, Spin, NME y Time dedicaron grandes editoriales e incluso portadas para hablar del fenómeno de Café Tacuba y el rock en español.
Surgieron programas de radio en emisoras universitarias y comerciales en toda la nación. Nuestro programa radial de rock en español en Miami fue un bastión importante para este movimiento. Su música inspiró a grandes del rock mundial como David Byrne a grabar con ellos e incluso crear sello en apoyo de la música latina alternativa, Luaka Bop, que fue el que lanzó la carrera de grupos como Los Amigos Invisibles, King Changó o Los de Abajo.
Los Tacubos empezaron a venir frecuentemente a EE.UU y Puerto Rico, realizaron un maravilloso Unplugged con MTV Latino meses después, al cual tuve la dicha de asistir. Ellos fueron lo que Soda Stereo fue para los 80, la fuerza creativa y experimental de los 90.
Hasta el día de hoy “RE” se cita como influencia definitiva en la música de artistas contemporáneos como Calle 13, Juanes, Julieta Venegas. Por ejemplo Meme del Real, miembro de Café Tacuba, ha producido o coproducido en recientes discos de Los Bunkers, Julieta Venegas, Ely Guerra, Álvaro Henríquez, Natalia Lafourcade, Los Tres o Juanes.
Hoy siento nostalgia por esa generación de oro de buenos artistas saliendo de Latinoamérica. Qué nivel intelectual, de búsqueda y vanguardia que seguirían en los discos subsiguientes de la banda, ni hablar del “Revés/YoSoy” – una expresión de música concreta-, o el más reciente “El objeto antes llamado disco”, en el cual siguen sorprendiendo.
Hoy solo puedo decir gracias Café Tacuba porque por Uds. pudimos caminar el sendero de lo alternativo en la música latina con la seguridad de tener un soporte real y concreto de maestría y talento. El tiempo se encargó de refrendar su visión, tan irracional como esplendorosa.