El reciente vídeo de Shakira y Rihanna confirma que exhibirse sensualmente y pelar la piel es ya una tendencia para llegar al número 1 de las listas. Está bien. Pero no olvidemos que tenemos una audiencia infantil que admira a estas estrellas y recibe un mensaje de que bailar erótico es más importante que la voz, la calidad artística o el mensaje de una canción.
De Rihanna no me molesta. Es una mulata preciosa que ha proyectado su carrera en gran medida sobre la sensualidad y la exaltación a los sentidos, la intoxicación en todo sentido y sí, una gran voz. Dios se lo bendiga.
Pero ¿ Shakira ? Aclarando que no es la primera vez que la barranquillera da de qué hablar con sus movimientos sensuales y su ya establecido movimiento de caderas, me queda siempre que veo un vídeo de ella la sensación de que no necesitaba hacer esas coreografías.
Será porque la tengo en un lugar de privilegio por su inteligencia, su labor a nivel humanitario, su interés por lo social. Una mujer que pudiera ser presidente de su país si así lo quisiera, o tal vez líder de una gran causa planetaria.
Nunca me ha cuadrado esa dicotomía, esa bipolaridad de Shakira.
Al gran público no le importa; que venga con más de eso que enloquece y que hace gritar “Shakira, Shakira”.
Pero pienso en Milan, pienso en Piqué. Pienso en la abuelita de Piqué. Perdón por romperles la fantasía, pero un día Shakira tendrá que sermonear al niño o explicar cosas.
Y ese día no sé si la omnipotente industria de la música o de los medios estarán ahí apoyando a la estrella en el firmamento. La juventud y la belleza pasan, y para entonces estarán hablando de otra figura, otro tema, otro escándalo.
Tenemos la posibilidad de dejar huella en la historia, escojamos el ruedo en el que vamos a torear esa faena.El reciente vídeo de Shakira y Rihanna confirma que exhibirse sensualmente y pelar la piel es ya una tendencia para llegar al número 1 de las listas. Está bien. Pero no olvidemos que tenemos una audiencia infantil que admira a estas estrellas y recibe un mensaje de que bailar erótico es más importante que la voz, la calidad artística o el mensaje de una canción.
De Rihanna no me molesta. Es una mulata preciosa que ha proyectado su carrera en gran medida sobre la sensualidad y la exaltación a los sentidos, la intoxicación en todo sentido y sí, una gran voz. Dios se lo bendiga.
Pero ¿ Shakira ? Aclarando que no es la primera vez que la barranquillera da de qué hablar con sus movimientos sensuales y su ya establecido movimiento de caderas, me queda siempre que veo un vídeo de ella la sensación de que no necesitaba hacer esas coreografías.
Será porque la tengo en un lugar de privilegio por su inteligencia, su labor a nivel humanitario, su interés por lo social. Una mujer que pudiera ser presidente de su país si así lo quisiera, o tal vez líder de una gran causa planetaria.
Nunca me ha cuadrado esa dicotomía, esa bipolaridad de Shakira.
Al gran público no le importa; que venga con más de eso que enloquece y que hace gritar “Shakira, Shakira”.
Pero pienso en Milan, pienso en Piqué. Pienso en la abuelita de Piqué. Perdón por romperles la fantasía, pero un día Shakira tendrá que sermonear al niño o explicar cosas.
Y ese día no sé si la omnipotente industria de la música o de los medios estarán ahí apoyando a la estrella en el firmamento. La juventud y la belleza pasan, y para entonces estarán hablando de otra figura, otro tema, otro escándalo.
Tenemos la posibilidad de dejar huella en la historia, escojamos el ruedo en el que vamos a torear esa faena.