Few artists have grown, have been transformed and consolidated its career in front of everyones eyes like Draco Rosa. We have seen him leave stages with inconclusive performances, get away from the press and even revising his actual name. We have seen him deliver memorable concerts, those in which he connects with his music and the audience in an act of communication that is hard to forget. In the immediate present we see him in what for many is his best patch, happy to grow old and do in work on what he pleases at the studio, re-encountering life through music and his audience that is please to see his comeback, satisfied and wanting more.

Now, after two concerts in which he exposed his most intimate and dark side in a two-day show called “Lo sagrado y Lo Maldito” (The Sacred and the Damned), the Bogota public witnessed the utmost human side of the artist, allowing himself -between classics and hits – to pay tribute to his influencers, remember his past and tell stories in light of his present. That which invites to the stage those who asks for songs by Menudo or new local musical talents (La Ramona).

“Lo Sagrado y Lo Maldito” were two journey days for true fans and not fanatics. Two different concerts that showed the versatility of one of the most important artists of recent years. Two presentations that inspire new generations and in which the music and its masterful treatment was the protagonist.

Pocos artistas han crecido, se han transformado y consolidado ante los ojos de todos como Draco Rosa. Lo hemos visto dejar escenarios con conciertos inconclusos, alejarse de la prensa y hasta eliminar una parte de su nombre. Lo hemos visto dar conciertos memorables, de esos en los que se conecta con su música y con el público en un acto de comunicación difícil de olvidar. En el presente inmediato lo vemos en la que para muchos es su mejor etapa, feliz de envejecer y hacer en estudio lo que le plazca, re encontrándose con la vida a través de la música y de su público que está feliz de verlo de vuelta, satisfecho y con ganas de más.

Ahora, después de dos presentaciones en las que expuso su lado más íntimo y oscuro en un show de dos días llamado Lo sagrado y lo maldito, el público bogotano fue testigo del Draco más humano, ese que se permite –entre éxitos y clásicos– rendir homenaje a sus influencias, recordar su pasado y contar historias a la luz de su presente luminoso. Ese que invita al escenario a la que le pide canciones de Menudo o a nuevos talentos musicales locales (La Ramona).

Lo Sagrado y Lo Maldito fueron dos jornadas para fanáticos y no fanáticos. Dos conciertos distintos que dejaron en evidencia la versatilidad de uno de los artistas más importantes de los últimos años. Dos presentaciones que inspiran a nuevas generaciones y en las que la música y su magistral tratamiento fue protagonista.

[:]