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Han pasado 16 años desde que Israel Rojas y Yoel Martínez formaran Buena Fe en su natal Guantánamo, Cuba. Una carrera exitosa que ha visto su ascenso local progresivamente. Ahora experimentan su inserción en el mercado internacional gracias a la disquera de Ricardo Arjona. “Tuvimos una llamada de Arjona que pensábamos era una broma. Nos llamó para colaborar en el tema ‘Viajes‘. Luego surge la idea de participar en el sello Metamorfosis“, explica el dúo.

Con el álbum Soy bajo la manga, afilan el arsenal de sueño global como meta inmediata. “América Latina es un nido natural, la esencia de nuestro trabajo es la canción de autor en español”, comentan sobre la variopinta gama de escuchas que se enfrenta a su material. “Lo que hemos intentado es hacer un poco de crónica social de nuestra realidad, mezclándola con otras influencias”.

Si bien es cierto que al principio se les identificaba con algún tipo de artista español, su abanico de influencias podría pasar de Fito Páez a Joaquín Sabina. “Respira de mucha influencias, el caribe, tiene esa lírica de esos grandes cantautores, no solamente cubanos, sino de otras latitudes. Respira cubanía, emociones, Guantánamo que tiene mucho que ver con toda la cultura. La vieja trova santiaguera, Silvio Rodríguez, Pablo Milanés. No tenemos prejuicios a la hora de experimentar con sonoridades”, explican sobre sus influencias. “Hay muchos estereotipos con el cubano. Si venimos de Cuba piensan que hacemos salsa. Hacemos canciones de autor”, resume el duo cubano que pronto aparecerá también en el disco de sus compatriotas raperos  Orishas.

En su quinta visita a los EE.UU, consolidan su posición en el mercado nacional con shows a lleno total en Puerto Rico, Miami y Tampa, provenientes de importante gira promocional en Argentina. Firman con el sello discográfico de Ricardo Arona y colaboran con él y con Orishas en próximos lanzamientos.

Buena Fe tiene una postura clara sobre su intención de hacer música y expresarla en un mundo en el que la intolerancia aún sigue sin erradicarse. “Siempre hemos dicho que meter la cabeza en un hueco y hacernos los neutrales es un juego ladino, peligroso e hipócrita. Venimos de padres que son de izquierda, venimos de familia que tiene una manera de pensar y nosotros por supuesto no vamos a esconder lo que somos. Pensamos como izquierda pero ya no es tiempo de estar definiendo a la gente por blanco, negro, heterosexual, homosexual, izquierda o de derecha”, se expresan al respecto, no sin dejar una retórica humanista para su reflexión. “Es el tiempo de que lo mejor de ti se imponga por encima de tus creencias. La gente no vale por lo que dice que es, la gente vale por útil que es. Eso es lo que hemos tratado estos años, mirar hacia adelante, dejar atrás esos rencores que no son nuestros, que sea la vida la que nos ponga frente a nuestra propia historia. Creo que la historia de los cubanos de esta generación está por escribirse y no puede ser una historia de desencuentros, espero que sea de amor, comprensión”, concluyen.

“Siempre hemos dicho que meter la cabeza en un hueco y hacernos los neutrales es un juego ladino, peligroso e hipócrita. Venimos de padres que son de izquierda, venimos de familia que tiene una manera de pensar y nosotros por supuesto no vamos a esconder lo que somos.  Pensamos como izquierda pero ya no es tiempo de estar definiendo a la gente por blanco, negro, heterosexual, homosexual, izquierda o de derecha” – BUENA FE

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