No Tengo Nada, the first single off Alejandro Sanz highly anticipated new album to be released in 2019, extends an extraordinary exercise of poetic expression at the height of his career. With a deep yet universal message, No Tengo Nada, addresses humanity’s unattainable obsession to possess materialistic things when, in reality, we don’t own anything. If we think about it, what do we really own?
We are used to living in the past and in the future, time frames that don’t exist. The past is gone, and the future is still to come … and we don’t really know if it will come. The present is the only thing we have.
The imagination of Alejandro Sanz constitutes a wave of constant innovation, feeling and emotion, synthesizing the very essences that mold his songs. No Tengo Nada is a big song, but at the same time, it transmits and exemplifies the work of a craftsman.
The song features producer Julio Reyes Copello (with whom Sanz also worked for the album La musica no se toca in 2012), Alfonso Perez (musician who has accompanied Sanz on tour since 1997), and Sanz himself.
Recorded between the months of March and October 2018, at Art House Studios and Mow Studios in Miami, FL, the single includes an impressive string arrangement written by Reyes Copello and Perez. The arrangement in the song is performed by The City of Prague Philharmonic Orchestra, today’s best philharmonic orchestra in the world. It also features acoustic guitars by Alfonso Pérez, piano and keyboards by Pérez and Reyes Copello as well as Larnell Lewis (Snarky Puppy) on drums. No Tengo Nada counts with Trevor Muzzy (Lady Gaga, JLo, Jason Derulo), as the audio engineer and mastering by Gene Grimaldi (for Oasis Mastering).
The videoclip that accompanies the release is the work of director Jaume de Laiguana. At the time of choosing who would be responsible for the visuals of No Tengo Nada, Alejandro Sanz was clear that he would be the photographer, designer and director hailing from Catalunya. Since their first meeting for the album No es lo mismo (2003), the artistic connection between Sanz and de Laiguana has been filled with magical moments by two artists who understand each other and speak the same emotional language.
The video of No Tengo Nada, filmed in Miami, presents delightful photography and offers an aesthetic reminiscent of Hitchcock’s masterful cinematography. In its colors, the video shows the influences of American urban realism of its characters, who fade away from the same frames of a Hopper painting.
Laiguana depicts a representation of love with a powerful and rare poetic style, departing from the common belief that associates love with couples. The video of No Tengo Nada emerges as a tribute to the need that people have for an embrace. Immersed in daily solitude, always looking forward and not to our surroundings, we all need something as simple as a daily demonstration of affection.
We live individual lives, and most of the time, we travel through life completely alone. We rarely stop to think that, besides us, someone else needs something as basic and universal as genuine affection. That is where No Tengo Nada by Alejandro Sanz shows its true colors. In essence, we have nothing, but often without knowing it, we own what truly matters/ what is truly important.
No tengo nada, el primer single de Alejandro Sanz anticipo de su nuevo álbum que se publicará en 2019, ofrece un extraordinario ejercicio de tensión poética en la plenitud expresiva de su carrera. De mensaje profundo, pero al mismo tiempo con calado universal, No tengo nada aborda esa inalcanzable obsesión del ser humano por poseer cosas cuando, en ese empeño, no es dueño de nada. Porque bien pensado, ¿de qué somos dueños en realidad?
Al final estamos muy acostumbrados a vivir en el pasado y en el futuro, que son dos tiempos verbales que no existen. El pasado se fue, y el futuro aún está por llegar…y tampoco sabemos si llegará. El presente es lo único que tenemos.
No tengo nada aúna la vertiente lírica y la épica. La imaginería de Alejandro Sanz configura un constante destello de invención, sentimiento y emoción, síntesis de las herramientas esenciales que levantan y construyen sus canciones. No tengo nada es una canción grande, pero al mismo tiempo respira y transmite el trabajo del artesano que trabaja con las manos.
No tengo nada cuenta con la producción de Julio Reyes Copello (con quién ya trabajara en el álbum La música no se toca en 2012), Alfonso Pérez (músico que lleva acompañando a Alejandro en gira desde 1997), y el propio Sanz.
Grabado entre los meses de marzo y octubre de 2018, en los Art House Studios y Mow Studios en Miami, FL, el sencillo incluye un exquisito arreglo de cuerdas escrito por Julio Reyes y Alfonso Pérez e interpretado en la canción por The City of Prague Philharmonic Orchestra, hoy por hoy la mejor orquesta filarmónica del mundo. Con guitarras acústicas de Alfonso Pérez, piano y teclados de Pérez y Reyes, y Larnell Lewis (Snarky Puppy) a la batería, No tengo nada ha contado con Trevor Muzzy (Lady Gaga, JLo, Jason Derulo), como ingeniero de mezclas y el mastering de Gene Grimaldi (para Oasis Mastering).
El videoclip que acompaña el lanzamiento del sencillo es obra del realizador Jaume de Laiguana. A la hora de escoger quién sería el responsable de la parte visual de No tengo nada, Alejandro Sanz tuvo claro que sería el fotógrafo, diseñador y realizador catalán. Desde su primer encuentro profesional en el álbum No es lo mismo (2003), la conexión artística entre Sanz y Laiguana ha regalado momentos mágicos, dos artistas que se entienden hablando el mismo lenguaje emocional.
El video de No tengo nada, rodado en Miami, presenta una fotografía deliciosa, ofrece una estética próxima a los encuadres cinematográficos de Hitchcock, y en sus colores, muestra las influencias del realismo urbano norteamericano de sus personajes, que escapan desvaneciéndose de forma sosegada desde los mismos marcos de un cuadro de Hopper.
Laiguana plasma una representación del amor con poética poderosa y peculiar, alejado del tradicionalismo que comúnmente asocia el amor con la pareja. El video de No tengo nada emerge como un tributo a la necesidad que tenemos las personas de recibir un abrazo. Inmersos en una soledad cotidiana, siempre mirando al frente y no hacia los lados, todos necesitamos algo tan sencillo y sensible como un mimo cotidiano.
Vivimos vidas individuales y, la mayor parte del tiempo, viajamos por la vida completamente solos. Muy pocas veces nos paramos a pensar que, a nuestro lado, alguien necesita algo tan básico y universal como una caricia verdadera. Y ahí deslumbra el No tengo nada de Alejandro Sanz. En esencia, no tenemos nada, pero, muchas veces sin saberlo, somos dueños de lo más importante.