David Alfaro visita Miami para presentar su EP Íntimo (Phase I), un debut que lo aleja de lo que venía haciendo dentro de la música regiomontana. Quería abrirse paso dentro de la industria y así se dejó llevar. También formó parte de un concurso de cantantes, bailarines y actuación hispano. “Fue una buena experiencia donde aprendí cosas en las que estaba débil“, recuerda. “Soy un cantante y compositor, no actor ni bailarín”.

Aunque le tilden de artistas pop, David toma prestado del jazz, blues R&B y hasta del reaggae para pasearse por su propuesta. “Siempre me dijeron ‘tienes que escucharte como Sin Bandera, tienes que sonar como Reik’ y me hacían canciones, me las ofrecían. Y decidí cantar lo que salía de mi“, recuerda el cantante. “Tenemos que crear algo nuevo, hacer una fusión. Ese es el trabajo del músico“.

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Hijo de salvadoreños, David es un angelino criado en el seno de una familia que poco le dejaba jugar videojuegos y tenían reglas muy específicas. “Mis padres son cristianos pentecostales“, dice al respecto. A los 7 años cantaba en el coro de la iglesia a la que acudía. “Yo quería ser guitarrista y mi mamá no podía pagarme un instrumento“.

Tenemos que crear algo nuevo, hacer una fusión. Ese es el trabajo del músico“.

Alfaro se muestra meditabundo sobre la situación global de la humanidad, le interesa crear un mensaje de unión, usar su música como puente y con esa premisa arranca su carrera en solitario con lo mejor del positivismo terrenal. “Lo que necesita este mundo es más amor. Primero tenemos que cambiar nosotros para enseñarles a las otras personas“, reflexiona.

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