A collage of unexpected sounds. A door is opened…musically and aesthetically refreshing, eclectic, colorful, postmodern, and avant-garde, at the forefront of contemporary. YEI’s musical compositions travel without direction, triggering emotions and inciting moods. Fleeting. Sudden.

Making his debut as a solo artist, Javier García, former lead singer of Caracas based band Telegrama, flies high with his first album. The quantum leap of his musical maturity can be appreciated from the first seconds of this impeccable work recorded in Barcelona, Spain under the production of Leonardo Aldrey.

Inside the album’s artwork the artist sends a message, “Thank you for listening to this album.” The artwork, which was beautifully designed by VAM, is a multicolored, abstract and intimate trail of individual works of art which embody YEI’s imagination. Cigarettes. An iPhone. His keys. A bottle. His two passports. A condom. A picture. It highlights the artist’s openness and candor, evident throughout his debut musical project emerging from the Venezuelan pop-rock genre that sprouted in the last few years.

Barriendo Escombros Después de la Fiesta (Sweeping Debris After the Party) takes us into a new universe of sounds making it difficult to draw a comparison. Rickety folk rock. Ambient-Indie music originating from Chacao, a municipality within the untamed city of Caracas. Big Beat and Roll down the eastern highway. It is without doubt a native product with an ultra modern spirit. You can easily become disoriented when listening to its first tracks. Outraged or weak. Some would even thank YEI for recording this album.

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At the same time, this unexpected project that has been in the works for a little over a year. It has a place in the space and time of its historical context. It pertains to the reality of what it means to live in modern day Venezuela. Without a doubt, the album is a harsh critique of the political class known as República Bolivariana. It constructs a poetic discourse that ridicules this wounded society. YEI is sending a message. But this time it’s through an optical fiber. A direct lightning bolt into your conscious. No letters. No telegrams.

In songs such as “Los Pérez Domínguez”, a satirical narrative of military corruption and its escalation, as with the first single “El Alma Pesa” (The Soul Weighs), a stark portrayal of what appears to be a direct analogy of the famous court case about the “Narco-nephews,” we hear YEI voicing his socio-political concerns. The video for “El Alma Pesa” was directed by Jose Corredor, and was released last year on the artist’s social media sites.

The album is a glimpse of some sort of symphonic inspiration throughout its 11 songs dragging us through what feels like a strange psychedelic hot air balloon ride over the valley of Caracas. Turbulent but contemplative. Exquisite but dangerous. It is also a personal document. A vision achieved by the artist after a brief pause to contemplate a chapter of his own life. Affections and desires, misfortunes and misunderstandings. Sporadic debauchery reflected in songs like “Potser (las noches de Barcelona)” (Potser [nights in Barcelona]).

It wouldn’t be just not to mention the collaboration on the album by a group of invaluable musicians with incredible musical trajectories and from diverse backgrounds: Alvaro Casas, Armando Áñez, Eric Colón Moleiro, and Vladimir Peña, among others.

YEI is Javier García and Javier García is Venezuelan. He’s American. A father and husband. Son. And without a doubt, a prolific artist with depth who has emerged from a recondite place. Cold and devastated.

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YEI abre la puerta de una estética musical renovadora, ecléctica, colorida, postmoderna, pero esencialmente a la cabeza de la vanguardia contemporánea. Las composiciones de YEI parecen viajar sin rumbo a medida que desencadenan emociones fragmentadas que nos llevan a estados anímicos instantáneos. Fugaces. Repentinos.

Haciendo su debut como solista, Javier García, ex líder y cantante de la banda caraqueña Telegrama, vuela lejos con esta primera producción discográfica. El salto cuántico de su madurez musical se aprecia desde los primeros segundos de este impecable trabajo que fue grabado en Barcelona, España bajo la producción de Leonardo Aldrey.

“Gracias a ti por escuchar este disco”, anuncia en letras grandes una de las páginas del paquete gráfico impecablemente diseñando por VAM, en donde a través de un recorrido multicolor de composiciones abstractas nos revela parte del imaginario íntimo de YEI. Cigarrillos. Un iPhone. Sus llaves. Una botella. Sus dos pasaportes. Un condón. Una foto. Otro aspecto que subraya el carácter abierto y franco del manifiesto que hace el artista con esta ópera prima que definitivamente es un stop and forward del pop rock salido de Venezuela en los últimos años.

‘Barriendo Escombros Después de la Fiesta’ nos adentra en un nuevo universo de sonidos que resulta arriesgado comparar. Folk Rock destartalado. Ambient-Indie del municipio Chacao de la indómita Caracas. Big Beat and Roll por la autopista del este. Se trata sin duda de un producto autóctono con espíritu ultra moderno. Puedes quedar desorientado al escuchar los primeros tracks. Violentado o adormecido. Gracias a YEI por grabarlo, dirían algunos.

Al mismo tiempo, la inesperada obra que viene preparándose desde hace algo más de un año, se coloca en el espacio y tiempo de su contexto histórico. De su pertenencia al entendimiento de lo que significa hoy en día la vida en Venezuela. No quedan dudas de que YEI está también presentando un duro discurso crítico a la clase política de la llamada República Bolivariana, construyendo una poética discursiva que caricaturiza a nuestra golpeada sociedad. YEI está enviando un mensaje. Pero está vez por fibra óptica. Un rayo directo a la conciencia. Nada de cartas. Ni telegramas.

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En temas como “Los Pérez Domínguez” se construye una crónica satírica de la corrupción castrense y su escalada social, al igual que con el primer sencillo “El Alma Pesa” que retrata descarnadamente lo que parece ser una analogía directa al sonado caso judicial conocido como “los narco-sobrinos”, cuyo videoclip dirigido por José Corredor, retumba en las redes sociales desde finales del año pasado.

Sin embargo, el disco deja entrever cierta inspiración sinfónica a lo largo de sus 11 canciones que nos arrastran como si fuéramos en un extraño viaje psicodélico en globo sobre el valle de Caracas. Turbulento pero contemplativo. Exquisito pero peligroso. Es también un documento personal. De la visión alcanzada por el músico al detenerse a contemplar su propia hoja de vida. Sus afectos y anhelos, sus desdichas y desencuentros. Sus desenfrenos esporádicos en canciones como “Potser (las noches de Barcelona)”.

No sería justo dejar de mencionar la colaboración invalorable de músicos de reconocida trayectoria nacional y de corrientes diversas: Alvaro Casas, Armando Áñez, Eric Colón Moleiro, Vladimir Peña, entre otros.

YEI es Javier García y Javier García es venezolano. Es americano. Es padre y esposo. Hijo. Y es sin duda un artista que se ha vuelto denso y prolífico con el tiempo. Que ha emergido desde un lugar recóndito. Frío y devastado.

https://www.youtube.com/watch?time_continue=4&v=OKipGypE1Cg[:]